Los años muy lluviosos el río Alagón recoge en sus 2.440 kilómetros cuadrados de cuenca una enorme cantidad de agua, tanta que a veces, por motivos de regulación del caudal, hay que soltarla para evitar que una repentina subida del nivel pueda provocar inundaciones aguas abajo al no tener nuestra Presa capacidad para retener la avenida por estar demasiado llena. En estos casos las dos turbinas de generación eléctrica se ponen en funcionamiento, con la bendición de Iberdrola, empresa encargada de la explotación hidroeléctrica del Pantano. Si éstos no están interesados o bien si la cantidad de agua que llega es mayor que los 50.000 litros por segundo que evacúan las turbinas, el aliviadero entra en funcionamiento abriendo algunas de sus compuertas. Eso fue lo que ocurrió aquel día de Reyes de 2003 y aquí está la fotografía que da fe del momento. Aunque os parezca mentira las dos compuertas solamente están levantadas medio metro. Día grande, si señor...