Una buena parte de los momentos de esparcimiento de la juventud de aquel año 1958 ó 59 giraban en torno al Salón de Baile de tío Laurentino en el que se celebraban bailes, bautizos, bodas y todo tipo de relaciones sociales festivas. En los períodos de descanso del baile la gente aprovechaba para tomar alguna bebida refrescante o, como en el caso que nos muestra la fotografía, los grupos de amigos se reunían para plasmarse en una imagen para la posteridad. En esa cálida tarde de verano aparecen de izquierda a derecha las cuatro mozas de la fila de abajo con un precioso vestido blanco hecho por ella misma mi tía María Paredes (hermana de mi madre, Pili); a su lado la tía Mari (mujer de mi tío Valín); Goya es la siguiente y cerrando filas Sole (la de Correa). Las cuatro mozas de la fila del medio son, de izquierda a derecha, Tache; a continuación Bernardita (la del Caravinero); mi madre, Pili Paredes, le sigue con otro vestido blanco, también hecho por la modista de la familia (la tía María), con la alegría y la frescura de sus 17 ó 18 años y cerrando filas una íntima suya, Mari (la de Poli). Y finalmente, de pie, y de izquierda a derecha, Angelita Paredes con su novio y posteriormente marido José Garnacho, único varón de la fotografía, y dando colofón a esta magnífica instantánea, mi tía Silvestra Pañero (hermana de mi padre, Armando), elegante como siempre con un precioso vestido. Un momento de la historia de Valdeobispo que comparte con nosotros Goya, la dueña de la fotografía.