Tío Amador Morcillo Torres, padre de Virgilia Morcillo, fue otro de nuestros paisanos que con menos de dieciocho años emigró a Francia en busca de mejor fortuna que la de la tierra que le vio nacer. Allí trabajó como albañil y durante dos o tres años hizo de nuestro país vecino su patria hasta que las circunstancias le devolvieron a su pueblo natal, Valdeobispo, donde con 20 años contrajo matrimonio con Felicia Sánchez Bueno, de 19. De su unión nacieron once criaturas pero el hambre que trajo consigo la Guerra Civil y la durísima y larga posguerra hizo que solamente cuatro de sus hijos sobrevivieran a este devastador período de nuestra historia. Esta fotografía da testimonio de su paso por el extranjero. Realizada en un estudio fotográfico francés nuestro vecino nos presenta una muestra de la moda y el buen gusto de los últimos años de la década de los locos 20. Su hija Virgilia comparte la fotografía con nosotros ochenta años más tarde.