Una fabulosa fotografía del pueblo en aquellos años 58 ó 60 que nos enseña cómo era la Capilla del Cristo del Amparo por aquel entonces. Los que no sois muy jóvenes recordaréis las gradas de la entrada, el viejo olmo plantado a la puerta que con los años enfermó y hubo que cortar, y el pequeño corral pegado a la construcción, en la fotografía en el lado izquierdo, donde estaba la Cruz de los Caídos. La calle algo hundida no es sino porque es el paso del Arroyo de la Capilla que nacía en la Pocita unas calles más arriba y que cuando desbordaba en la estación húmeda hacía que esta calle tuviese un riachuelo constantemente. Ahora se puede seguir viendo el arroyo los días de tormenta o cuando llueve fuerte, porque el agua sigue el trazado de la calle trayendo memorias de tiempos pasados. En la puerta de la Capilla, Marcelo, el cura, y una feligresa de la que no tenemos reseña. Extraordinaria fotografía de la familia Manzano.