Esta fotografía que mi tía Juliana Paredes conserva como oro en paño y que ha costado bastante trabajo restaurar por el grado de deterioro que presentaba es una estampa entrañable en la que se reunen las tres hijas que tenía por entonces mi abuela tía Cipriana (la "Loba") allá por el año 1932 ó 1933 cuando las calles estaban asfaltadas de tierra y una silla de enea era todo el ajuar fotográfico del que se podía disponer para ponerse delante de la cámara que el fotógrafo ambulante llevaba consigo cuando se ponía, como es el caso, en la Plaza en busca de clientela. A la izquierda tenemos a Sebita (que sigue teniendo la misma cara), seguida de Enedina sentada en la silla como la menor de las tres hermanas y siendo portadora de un "gatinu" de jueguete en las manos. A la derecha tenemos a la que nos ha dejado este magnífico retrato con un traje que parece hecho a medida, un collar de perlas para acompañar tan hermoso vestido y completando el atuendo con un par de "canillas" típicas de la época no sabemos si para estar a la moda o por fuerza de no hincharse de comer, algo bastante cotidiano en la Extremadura de los años 30. Instantánea que nos deja Juliana, la de la foto, con algún añito más ahora... |