Una vez más el Salón de Tío Laurentino sirve de escenario para una celebración ese día de verano de 1956, en este caso la boda del hermano de mi madre, Dionisio Paredes (fallecido en mayo 1964 en un accidente durante la construcción de la Presa). En la fila de abajo, y de izquierda a derecha, tenemos a una niña separada del grupo que es Consola (mujer de mi primo Manolo Domínguez); la primera moza es mi tía María (hermana de mi madre, Pili Paredes), del brazo de Leo (el de tío Petronilo); le sigue el tío Valín (hermano también de mi madre) que coge de la mano a Goya; Vinda es la siguiente y a su lado Rosi, íntima de mi tía María, que ya hemos comentado que era de Jerte y vivía en Plasencia dónde mi tía iba a coser; cierra la fila mi primo Manolo Domínguez (hijo de Sebita Paredes, hermana de mi madre) cuando contaba cinco añitos de vellón. ¡Quién le iba a decir a él que años más tarde tendríamos que asistir a su boda con la niña de la izquierda de la foto (ya maduritos los dos, claro)! En la fila de arriba, y de izquierda a derecha aparece haciendo una mueca el hijo de tía Potenciana (no tengo el nombre); debajo una niña que tengo sin identificar; le sigue Mari (la que sería mujer de mi tío Valín) al lado de otra Mari (la de Poli); detrás de ésta última aparece la cabeza de Nichi y le sigue Pepa Paredes (hermana de Angelita, la de Garnacho); a continuación Mari Carmen, otra moza de Plasencia, intima (casi hermana) de Rosi, seguida de mi madre, Pili Paredes, alegre y risueña, con una niña al lado que no es otra que Carmina (la de tía Santiaga); cerrando filas un muchachino muy bien vestido, que es Benjamín (el castillano). Un magnífico retrato que también nos ha proporcionado Goya.