Cachuela
Ingredientes:
- Un callo de cordero joven
- Las patas del cordero
- La sangre del cordero
- Varias cebollas
- Varios pimientos frescos
- Presta (o hierbabuena en caso de no disponer)
- La grasa del cordero
- Tripas para embutir
- Dos hojas de laurel
- Aceite de oliva
- Varios dientes de ajo
- Perejil
- 3 huevos
- Sal
1ª Parte: Preparación de la morcilla de cordero. En un recipiente se pone la sangre del cordero (ya removida para evitar que se cuaje), cebolla en abundancia, pimiento fresco en abundancia, presta (una hierba aromática que crece por aquí), la grasa del animal (aquí lo llamamos "gordura") y sal. Si no se tiene presta se puede poner en su lugar hierba buena. Esta mezcla se embute en tripa y se cuece en un caldero con agua solamente. Con un pique de matanza (ver Museo Virtual) se va pinchando la tripa mientras cuece para cercionarse de si sale la sangre o no. Cuando la morcilla no esté en su punto al pinchar saldrá sangre, pero una vez cocida, al pinchar con el pique no saldrá nada. En este momento se retira del fuego y una vez fría se come o se utiliza para otros platos. La morcilla de cerdo se hace exactamente igual, pero con la sangre del cerdo, evidentemente.
2ª Parte: Preparación de la Chanfaina. En un recipiente ponemos el callo ya limpio, las patas y la morcilla de cordero (sin cortar) que vamos a utilizar. Se llena el recipiente con agua y añadimos las hojas de laurel y la sal, poniéndolo a continuación al fuego para que se vaya haciendo. Cuando las patas y el callo estén suficientemente cocidos los sacamos con la morcilla del agua en el que se han cocinado y los escurrimos. A continuación troceamos la morcilla, el callo y las patas del cordero y lo añadimos todo junto en una sarten en la que hemos puesto aceite de oliva. Se pone al fuego lento y mientras se va calentando removemos el guiso para que se vaya rehogando con el aceite. Cuando esté suficientemente caliente añadiremos los huevos ya batidos removiendo el conjunto hasta que queden cuajados. En este momento preparamos una machado de ajo y perejil junto con algo del caldo en el que cocimos las patas y el callo y lo añadimos al cocinado. Se retira del fuego y lo servimos caliente.
Notas: Se come acompañado de pan y es un plato típico de la celebración de boda. Cuando una pareja se casaba en el pueblo, la comida de bodas típica consistía en arroz con pollo (a modo de paella de pollo) y cordero guisado. Por la noche se cenaba la cachuela y de segundo ensalada de melón. A la vista está que se trata de un plato muy calórico, suculento y laborioso de cocinar, de ahí que se reservara para celebraciones de este tipo. Os puedo decir que se trata de un manjar sencillamente exquisito, digno de un dios. Si tenéis la oportunidad de probarlo o cocinarlo, hacedlo. No os arrepentiréis.