Mi primo Jesús Francisco, hijo de Juliana y de Quico, practicando equitación sobre una jaca delante del Comercio en una mañana soleada del invierno de 1955. Encima de la albarda una buena manta zamorana para taparse las "canillas" en caso de apuro. No sabemos cuándo perdió su afición por este regio deporte porque ahora va en coche a todos lo sitios. La gorra le sentaba tan bien que decidió seguir cultivando el hábito hasta hoy día siendo un elemento inseparable en su estética personal. Fotografía de mi tía Juliana.