Y esta es la otra cara del carnet de identidad de 1938, de Eusebia Iglesias Sánchez. Fijaos en la firma "no sabe", propio de la falta de alfabetización de la gente por entonces, aunque tampoco podía presumir de demasiada formación académica en el sustituto del Gobernador Militar de la zona, y que firma como Pablo Hernández, en plena Guerra Civil. Otro trozo de nuestro pasado que nos ha dejado mi tía Carmina.